Sindicalismo representativo o acomodaticio. Acción o resignación. Esa es la cuestión.
Hay quien piensa que, en esta vida, de lo que se trata es de ser listo y, aprovechando las oportunidades que la misma te brinda para codearte con aquellos de los que puedes sacar tajada, ir trepando y, cual premio de lotería, ir tapando, en el envite, tus propios agujeritos.
Y hay quien piensa que, cuando decides que te tiras a la piscina para defender lo que crees justo para tus compañeros, tenga la pileta agua o no, no haces sino cumplir con tu obligación de poner tu voz y tu cara al servicio de tantas y tantos que, hoy día, desgraciadamente, no se sienten libres de hacerlo.
Y es que los principios, en este siglo XXI, ya no son patrimonio del sindicalismo de clase a cuyos orígenes decimonónicos, por otra parte, siempre habremos de estar agradecidos. Resulta ahora llamativo para algunas y algunos que sea una asociación de profesionales de crédito y ahorro quien tenga ocasión de afear actitudes irreconocibles en el mundo sindical como la expulsión de las mesas de negociación de los testigos incómodos de aquello que tienen pactado previamente con la empresa y que, al sprint y en sólo unas horas, se han comprometido a rubricar. Resulta un poco el mundo al revés que quienes no nos resignamos a lo que consideramos una injusticia seamos los mismos que ya tumbamos otro ERE, que ya les pillamos negociando a escondidas y a deshora o quienes no tragamos cuando a las cosas que nos plantean no hay por dónde cogerlas.
Hoy día, los principios los tienen las personas y, a la hora de representar a otras, queda claro si se tienen principios, si no se poseen y, siempre, que cada uno tiene los suyos. Esta cuestión que para muchos puede ser baladí, es, para APECASYC, el Alfa y el Omega, el principio y el fin o el ABC de todas las cosas. Resumiendo: Que si no te vistes por los pies, no serás libre de representar a tu gente. Si tienes el rabo de paja, te lo podrás quemar. Si no debes nada a nadie y no buscas nada de nadie, serás libre de actuar y defender a quienes te rodean. Pero si te mueven otras ambiciones y te queda dignidad, has de marcharte, aunque no sea por prejubilación.
En ese estado de cosas, llegamos a lo que te queremos anunciar: APECASYC ha presentado ante la sala de lo Social de la Audiencia Nacional, siendo 25 de Julio, Santiago, patrón de Santander y patrón de España, demanda por conflicto colectivo contra el ERE de despido colectivo en vigor y firmado por otros a finales de Junio.
Lo hacemos en el convencimiento de que han sido muchas las cuestiones que se deben aclarar en cuanto al procedimiento, a las justificaciones nunca recibidas, a los tiempos muy sospechosamente acelerados y a la actitud vergonzante de palabra y obra de organizaciones que mostraron tenerlo todo ya más que negociado. Y lo hacemos, como lo hacen otras organizaciones no firmantes, como CSI y CSICA, a sabiendas de que han existido hechos muy relevantes y diferencias difícilmente sostenibles entre las informaciones presentadas a la representación legal de los trabajadores, dirigidas a justificar el ERE y las que, para el mismo periodo, han sido presentadas en otros organismos, sólo que para otros destinatarios. Esto es como lo del concierto de Enrique Iglesias: si no fuera tan cantoso, no cantaría ni ná. Pero el tema cantó. Vaya si cantó.
Sabes que no estamos de acuerdo en muchas otras cosas, empezando porque nadie más que nosotros haya querido limitar, que no impedir, Dios nos libre, la movilidad geográfica a un ámbito concreto. Y sabes que propusimos que ese límite fuera dentro de cada comunidad autónoma. Ahora hay quien escribe, ingenuamente, en panfletillos de mano: “¿Qué hacer si me trasladan?”. Nosotros apuntamos la respuesta: “Ir a buscaros a vuestra casa para felicitaros las pascuas y daros las gracias a quienes, con vuestra actitud entreguista, habéis vendido a toda una plantilla y propiciado esa atrocidad sin límite que habéis puesto en manos de quien sabe bien cómo usarla para despedir”.
Es porque creemos es sano y necesario reconsiderar este expediente por lo que luchamos por su anulación, en la esperanza de que, a futuro, las propuestas que se pudieran volver a efectuar por la empresa, puedan ser negociadas con una representación distinta, más de fiar, menos buscona, y cuyo norte sea, de una vez, certificar acuerdos equitativos y que, de la otra parte, haya también una empresa que no los incumpla a las primeras de cambio. Eso es negociar de buena fe y repartir las cargas entre las partes.
Confiamos que, situaciones como éstas, sean germen de una importante convergencia entre organizaciones realmente libres e independientes. A todas ellas, desde APECASYC, les instamos a reforzar su espíritu y voluntad de defensa sin tregua de esta plantilla tan injustamente maltratada.
Seguimos luchando y te seguimos informando. Un saludo.